Dentro del ambiente de NASCAR, Owen era considerado como un verdadero
gigante. Como piloto ganó más de 100 carreras en la categoría de autos
modificados, y nueve más en lo que ahora es conocida como la Copa
Sprint, y perdió ajustadamente en la lucha por el Campeonato 1959 de la
Copa con Lee Petty. Como dueño de equipo, presentó autos piloteados por
algunos de los mejores de su época, Junior Johnson, Mario Andretti,
Ralph Earnhardt, Fireball Roberts, Baker y Pearson, el último de los
cuales ganó el campeonato de la categoría principal en 1966 con un Dodge
de Owens.
Como dueño de equipo, Owens era de aquellos quienes ponen 'manos a la obra'. "Cotton hacía todo el trabajo", dijo Pearson. "Armaba los motores, armaba los autos. ... Anduvo bien en todo lo que hizo. ...Hacía muchas cosas él mismo en cuanto a tener preparados los autos, cosas que muchas personas no habían hecho. Toda persona que merezca ingresar en el Salón de la Fama, él definitivamente se lo merece".