Ecosse Heretic, la moto más cara del mundo.

Hay quien dice que es la moto de producción en serie más cara del mundo. Aunque en realidad, las Ecosse se fabrican en Estados Unidos de modo artesanal y bajo pedido, en un proceso que dura entre dos y cuatro meses, puesto que el cliente puede personalizar cada uno de sus componentes. Por eso, se ha convertido en objeto de deseo de famosos y estrellas de cine, que anhelan la exclusividad de su único modelo, la Heretic.

La Heretic puede ser configurada por el comprador a su gusto, es una moto completamente customizada y que incluso cuenta con una versión con chasis de titanio, la más exclusiva y ligera de las disponibles. Se trata de una naked de cierto estilo retro, aunque cargada de detalles de alta tecnología.

El corazón de la Heretic es un motor bicilíndrico en V a 45 grados, fabricado en aluminio y con casi dos litros de cubicaje. La potencia es de 130 CV, que se transmiten a la rueda trasera por medio de una cadena y un cambio de seis velocidades.





Cada moto está fabricada de forma individual y cuenta con una placa exclusiva con su numeración en la reducida serie. El cliente puede elegir el color de la carrocería, del chasis, componentes como el manillar, las estriberas o las llantas... Una moto a la medida de cada uno de sus selectos compradores, que deberán estar dispuestos a pagar hasta 200.000 euros en el caso de la versión superior Titanium. Eso sí, para economías más 'ajustadas' queda la opción del modelo básico, por sólo 66.000 euros.