Ese Diablo no era otro que Mephisto, que a cambio del alma de Blaze le prometió que Crash Simpson no moriría de cáncer, pero no hay que fiarse del señor de las mentiras,
Simpson no murió de cáncer si no de un accidente de moto en el espectáculo, tras el cual Mephisto vino a reclamar su alma, solo la oportuna intervención de Roxanne, la hija de Simpson (el amor de su vida) le salvo de tan nefasto destino.
Para vengarse, Mephisto unió a el alma de Blade a un demonio temido hasta en el mismo infierno, un demonio llamado Zarathos y así nació el Motorista Fantasma, el espíritu de la venganza.
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