Desde el día 28 de abril, las vías que conectan Roma con Milán ven pasar algo así como una bala roja, casi un Ferrari sobre railes. Y no, la vista no engaña. El convoy va pintado ex profeso en el color rojo que distingue a los bólidos de la famosa marca italiana, a la mayoría de los cuales les sería imposible seguir el ritmo de este tren.
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