Para llevar a cabo este proyecto, el propietario de la flota Star
Clippers, Mikael Kraft, escogió el casco de un velero que jamás se
terminó. Se trata de un casco construido en Gdansk, Polonia, de donde
fue remolcado a los astilleros de construcción de Merwede, en los
alrededores de Rotterdam, para finalizar su construcción de acuerdo con
el arquitecto naval Robert McFarlane. Su eslora es de 134 metros, su manga de 16,3 metros y su quilla es de
casi 6 metros de profundidad. Su estabilidad es excelente teniendo en
cuenta el tamaño del buque.