Desde 1931, año en que Al Capone fue detenido, el coche ha ido de mano en mano por diferentes países. Por ejemplo, se llegó incluso a usar como coche oficial de Franklin Roosevelt, expresidente de los Estados Unidos, hasta que el gobierno pensó que no se daba buena imagen llevando a un presidente en un coche de un gangster. Lógico.
Desde entonces, ha pasado por Londres, Manchester, Canadá y de vuelta a Estados Unidos, siempre en manos de coleccionistas y en proceso de restauración, intentando dejarlo como lo llevaba Al Capone.
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